UN MICROBUSERO CAMBIÓ MI VIDA.

I. Introducción.

Unas horas de promoción al Derecho de Vía/Derecho de vida, en un paradero de transporte urbano.

-“Buenos días señor operador. ¿Me regala unos minutos de su tiempo?

…En febrero de este año fui atropellada al sur de la ciudad mientras circulaba en bicicleta y ahora que tengo mucho tiempo libre me salgo a la calle a escuchar a los taxistas y microbuseros cómo perciben nuestra presencia en las calles y cuáles son sus observaciones, anécdotas y quejas lo cual me ayuda a entender cómo los ciclistas nos ponemos en peligro y preguntarme cómo podemos movernos en bici más seguros.”

Más o menos así abordo a los operadores del transporte público para promoverles su Decálogo (véase respectiva entrada en este blog*). Desde hace más de un año se han ido sumando minutos en horas de conversación, principalmente escuchándolos. Para mi sorpresa, he encontrado menor resistencia en ellos, en comparación con los ciclistas, al promoverles lo que hay que hacer para aumentar la seguridad de quienes se mueven en bicicleta; raramente, es mayor el número de ciclistas que dicen: “méndigos taxistas/microbuseros” mientras es más común que los operadores comenten: “Habemos de todo, tanto conductores como ciclistas cafres”. Lo que más escuché fue: “Es que ni supe de dónde salió, casi me lo llevo.” Mientras entre los ciclistas urbanos es muy común escuchar: “Es que me aventaron el carro.”

Esta entrada tiene la finalidad de recopilar los comentarios más recurrentes de los operadores, palabras más palabras menos, como una especia de licuado pues en contenido y esencia hay varias cosas que se repiten frecuentemente.

-“Si ahora yo le ofrezco la oportunidad de enviarles un mensaje a quienes nos movemos en bicicleta por la ciudad, ¿qué les diría?...”

Ésta era mi pregunta clave en la conversación cuando mostraban gran apertura y previo a agradecerles su tiempo, preguntarles si deseaban colaborar con una moneda para seguir duplicando los decálogos y reiterarles que la copia entregada al principio era un regalo, que por favor la leyeran con calma en algún momento que tuvieran libre. Nota: Este caso es sobre la Ciudad de México.

Los tiempos invertidos variaron mucho, pero en general de 50 a 100 fotocopias me toma entregarlas aproximadamente dos horas y de 100, si acaso sólo una llegué a encontrarla más tarde tirada en el piso o de dos a tres, rechazaban recibirla.

II. De los taches o plop’s. Para darse una idea del aprox. de unos 100 operadores abordados, entre 5 y 10 dijeron cosas como:

-“Deben subirse a la banqueta… ahí ya no peligran”. Bueno, entonces que primero los peatones se mantengan en casa para que tampoco ‘estorben’ a los ciclistas... 0.o ??

-“Para eso están los deportivos y parques”. Ningún parque o deportivo me lleva ni a casa, ni a la escuela, ni al trabajo, ni al metro, etc. ‘Ciclismo Urbano es transporte, no deporte’… *Cempacleta

-“Que mejor esperen al domingo porque ese es su día y/o entre semana las calles están más saturadas”. Sí, claro, los ciclistas deberíamos sacar el coche para hacer más caos vial; yo no sé qué esperamos para erradicar todo transporte colectivo, verdad??

-“Sólo deberían circular entre callecitas y dentro de las colonias”. Ciclismo urbano no es sólo para ir por los refrescos, pan y/o tortillas.

-Solamente asocian el uso de la bicicleta con un personaje político y/o su partido-una campaña electoral; por lo cual su rechazo era inmediato e infranqueable para proporcionarles información, y respetado.

-“Si están viendo que estoy frenando, pues es obvio que voy a bajar pasajeros, se te estampan atrás en vez de esperarse”. Efectivamente soy pésima adivinando cuando sus luces si es que sirven, no son utilizadas, ni los ‘stops’ ni direccionales o intermitentes que me prevengan.

-“No deberían andar en bicicleta porque es muy peligroso, hay mucho loco y no tenemos cultura vial”. Como luego de comer hay que ir al baño ¿es mejor que ya nunca volvamos a comer??

III. De lo que más se quejan los operadores de transporte urbano en el tema de si los ciclistas les representamos ‘molestias o problemas’, incluyendo un 20% de taxistas, lo que más critican está siendo:

1ro. Motociclistas.

2do. Bicitaxis. “Para empezar ni siquiera pueden espejear, desde ahí ya ni cómo ayudarles”

3ro. Repartidores en bicleta y pizzeros. Personas cargando bultos, herramientas, el mandado, niños o los que van sin agarrar el manubrio: “… en zigzag como domingueando en la alameda”.

4to. “Ya los vemos cuando están a uno o dos metros de la unidad, ¿ya qué hace uno?”

5to. “¿Cómo te doy 1,5 metros si ya te veo cuando pasas junto a la puerta o porque el pasaje te la mienta porque lo andas atropellando?”

6to. “¿Por qué los ciclistas no cumplen ni siquiera las principales reglas de tránsito?”

7to. “No deben andar en sentido contrario, nos sacan puros sustos y encima se ponen groseros, incluso de peatones; no imaginas lo que tenemos que aguantar todos los días”.

8vo. “Luego van como los burros con yunta, nada más mirando al frente y como saben que tienen prioridad, aunque ven los carros pasando, se avientan para que todos tengan que detenerse”.

9no. “De qué se quejan y con qué calidad moral si por andarlos cuidando andan provocando accidentes… uno tiene que cederles el paso aunque por la enfrenada tire a todos los que llevamos arriba de la unidad, yo me pregunto, me lo llevo o arriesgo a los 30 que llevo, incluyendo niños”.

IV. SUGERENCIAS de los operadores de transporte público a los que se mueven en bicicleta:

-Aunque coman ligas, no tomen el pavimento sin mirar que pasan ni salgan de una calle o dando vuelta de una esquina sin mirar y frenarse antes.

-Esperen hasta que uno avance o rebasen por la izquierda, nosotros tenemos que cuidar incluso a los peatones que se bajan de la banqueta todo el tiempo; además rebasándonos por la derecha arriesgan también a pasajeros y no deben exponerse en nuestros puntos ciegos, especialmente cuando nos estamos deteniendo, orillando o dando vuelta, ¿Por qué intentan ganarnos?

-Todo el que utilice una bicicleta para transportarse, debería conocer los puntos ciegos desde un auto compacto, un microbús, un camión, hasta un tráiler y sentarse en el lugar del chofer para entender dónde sí se ven y dónde no, tanto en los espejos retrovisores, como en los banqueteros que no todos traen.

-No zigzagueen, parece que van a dar vuelta o detenerse y de repente más bien son ustedes los que se avientan hacia nosotros.

-No entren a vías rápidas; les llegamos tan rápido que cuando el de adelante los rebasa, nosotros ya vamos casi encima.

-No carguen cosas en las manos, van como malabaristas y todos lentos, no quieran que uno les haga caravana.

-Pues la verdad luego si andamos bien estresados, sí tómenlo en cuenta; para qué ponerse a las patadas contra Sansón, ustedes llevan las más de perder.

V. De lo que más me sorprendió:

-La mitad de quienes mostraron el mayor interés y actitud positiva/sensible, mencionaron que también utilizan la bici y/o sus hijos/as, padres, etc.

-“Cuídense, es peligroso, muy peligroso por el tamaño y por los puntos ciegos de los autos, la velocidad, el peso que al ser mayor es más difícil de frenar, mientras ustedes son muy pequeñitos y si nos avisaran como el ruido de una moto, antes de verlos ya estaríamos atentos para cuidarlos, pero pues, no somos adivinos. Recuerden que vamos viendo un montón de cosas al mismo tiempo, no solamente revisando si aparece un ciclista pendejeando.”

VI. Anécdotas personales ‘Al automovilista lo hacen automáticamente culpable'.

De algunas anécdotas que me compartieron sobre haber atropellado ciclistas: “…en serio, es que ni supe de dónde salió!! Todos los días le mando mi bendición para que su salud y vida esté recuperada”. “Fueron semanas muy difíciles pues mientras deslindaban responsabilidades la unidad sin poder trabajarla y pues son varias familias las que de eso comen; el tiempo y el dinero perdido, es mucho, pero la sensación de haber herido a alguien no te la quitas ni aunque el compa de nuevo anda en su bicicleta, espero que por lo menos, ya no sea borracho…”

“Si nos correteamos y a veces vamos de cafres pero ¿Quién va a querer atropellar a alguien?”

“Yo ví cuando lo atropelló, atrás ya me había rebasado a mi dándome un susto; cuando ví cómo lo aventó y quedaba por allá me dije, ya no se va a levantar y pude ser yo. Quien sabe si también hubiera dado la cara o mejor me voy un tiempo por si es hijo de alguien con palancas y pues aunque no la debas, la pagas… el ciclista pasaba entre los carros, como le hacen en motocicleta y casi se caía enfrenando y por meterse; aunque hubo testigos, por ser uno el que trae el volante, ya lo hacen culpable y pues diario salimos a trabajar esperando que la distracción de otros no la termine pagando uno y nuestra familia…”

“Cuando te subes a mi unidad, no son tres pesos o diez lo que me das, pones en mis manos llegar a tu destino y tu vida; ser chofer está bien cabrón.”

“Una vez tuve que llevar al hospital a una señora que se abrió la frente, venía dormida y cuando frené se me cayeron varios; el ciclista me la mentó y se fue muy tranquilo, la broncota en la que me dejó metido, los que traía se encabronaron más pero los de adelante vieron al ciclista salir sin fijarse; luego pensé, mejor me hubiera llevado al méndigo.”

VII. Un Microbusero salvó mi vida, de hecho, en realidad fueron por lo menos dos veces memorables para mi, donde protegieron mi vida.

Hace unos siete años, fue la primera vez. Circulaba por una avenida de mediana velocidad en mi bici rodada 20’’; me veía tan graciosa como un duendecillo con las patitas aceleradas; aún rebasaba por la derecha. Un microbús y yo compartimos el carril justo antes de la esquina donde ya un grupo de personas le solicitan la parada, Yo no hago pro ganarle pues nos miramos desde la puerta abierta de su unidad confirmándome que me daba el paso antes de orillarse, él bajó su velocidad e incluso un peatón regresó a la banqueta para permitirme el paso.

Inesperadamente el microbús acelera y hace sonar fúrico la bocina cerrándoseme ligeramente, freno a todo justo a la altura de su defensa y antes de buscarle la cara a través del parabrisas, la rechifla a mentadas de madre de otro auto llama mi atención mientras rebasa al micro desde el segundo carril con una maniobra que incluso lo hace subirse un poco a la banqueta del otro lado. Comprendí que de no ‘haberme aventado’ el microbús, yo habría continuado sin duda, y estando ciclista y automovilistas eclipsados por el transporte urbano, me habrían atropellado. Tal vez menos de un año después la escena se repitió muy similar y de esa vez incluso puedo incluso recordar el rechinido de llantas del que desató su ira solamente porque le pareció molesto que el transporte urbano prestara su servicio.

VIII. El regalo de un microbusero que más aprecio es que me hayan pedido que me sentara en el asiento del operador de un transporte urbano. Era un minibús, sus puntos ciegos nunca imaginé tan amplios.

Cuando empecé a utilizar mi vieja bici de la adolescencia para transportarme, una rodada 20 sin velocidades, tenía al principio la costumbre de levantarme del asiento en un tono más o menos retador, como una respuesta cuando especialmente a los microbuseros que sentía hostiles, no sabré cuántas veces ésta costumbre pudo haberme salvado la vida, ya que tan baja altura de mi bici y mi persona muchas veces seguramente pasé a su lado sin que hubieran notado mi presencia, hasta que me levantara o les gritara: -“¡Voooooy!” “Ciclista en tu derecha”

Esa costumbre de adelantarme hasta el frente del paso peatonal también me fue sugerida pues repetidas veces me comentaron que empujaron ciclistas pues ambos esperaban la luz verde, con el ciclista muy pegado al minibús, en punto ciego.

Escucharlos, saber de las rudezas de así ganarse la vida, de sus preocupaciones y de cómo ruegan poder seguir apoyando a su familia y otras muchas anécdotas, terminó por cambiar diametralmente mi idea sobre ellos y la idea cuadrada de que solamente eran malos conductores, agresivos e insensibles ante la vida del ciclista.

Personalmente, es un placer que cuando estoy en esa labor, pueda ser interrumpida cuando por ejemplo me señalaron en su puerta un pegote “Yo respeto al ciclista” o “Consejo Bicicletero - blogspot” –Tu hoja se le dí a mi chavito porque le encanta salirse en la bici, ya le dije que se aconseje para que no me lo vayan a atropellar…

IX. Aderezo.

-Muchas gracias operador por su tiempo y colaboración, ahí le encargo que cuando me encuentre en la calle circulando no me vaya a planchar…

-Ay señorita… ¡Qué más quisiera yo!

*Material citado en esta entrada y entregado en esta micro campaña de promoción de Ciclismo MTS

http://consejobicicletero.blogspot.com/2010/05/decalogo-por-el-respeto-la-vida-del-ls.html

de su publicación a la fecha, un total aproximado de 2000 fotocopias, el 80% en paraderos de transporte urbano y taxis.