Érase que se era esta Hada Gladiadora del Asfalto con muchas ganas de compartirles de mi experiencia rodando ayer, porque para escribir 'hoy' ya se me fue el día; solicito a la audiencia paciencia y seguir estas letras a discresión, pero + aún a dejarme sus comentarios sin temor.
A manera de simulada justificación, quiero que ubiquen que rodar en la ciudad más grande del mundo tiene muchos retos, el primero, las distancias obviamente. Postergando la discusión del positivo transporte multimodal y evadiendo mi adicción a rodar y/o mi flojera por utilizar ya otros medios de transporte y luego de darle estas vueltas: el transladarme aprox. en un día entre 30 y 60km acumulados, asentado está mi primer parapeto para atreverme a decirles que circulé por un paso a desnivel vehicular, sí, ayer.
Medio día, luego de una tanda de ricas microondas, volver pero solita y por una vía no tan rápida, directa y ágil, me resultaba interesante por requerir pasar bajo el puente vehicular de Eje 6 Sur, bajo la Calzada de Tlalpan. Yo no se si la Calle Zacahuizco o Tlalpan direccion centro, hace brotar de los oscuros muros bajo el túnel, rugientes automotores; porque supongo que Cumbres de Maltrata no fue... La cosa es que a medio túnel, en mediana oscuridad, aparecen autos por la derecha.
Entre los consejos bicicleteros no hay alguno hablando de elegir puentes vehiculares ni pasos a desnivel, la razón central es el aumento en los puntos ciegos en los cuales rodaríamos. En un puente, cuando subimos, es difícil adivinar si alguna coladera con la boca abierta espera para propinarnos un mordisco; o al descender, además de que generalmente tienen a su inicio y término incorporaciones de entrada y/o salida. Por otro lado, en el descenso por culpa de las leyes de la física, la velocidad aumenta, cuestión peculiar señalada en los consejos bicicleteros mencionando la velocidad equiparable de automotor-ciclista colaborando en la disminución de riegos (razones del asunto fuera del objetivo de esta entrada)... velocidad ya de por sí previamente alterada porque un ciclista difícilmente es + eficiente en un ascenso que un automotor (a menos q sea mi campeón favorito de MTB). Resumido, un ciclista que utiliza un puente vehicular, en principio debe tomar en cuenta que su velocidad podría tener a cada metro mayor diferencia con la de los autos y, si se trata de eficiencia del frenado 'en seco', con el impulso otorgado en el tramo de descenso, un auto es + preciso a lado de un ciclista que ante eso agrega otro riesgo: perder el control de la bici por ejemplo.
Agreguemos entonces a la penumbra del escenario que un túnel es + propenso a acumular basura que inconcientes + viento y agua haya movido... añadimos cucharones extras de posible oscuridad, alterando en luminiscencia repentina, + rápida que la adaptación del ojo humano ante éstas, lo cual 'ciega' por instantes a ciclistas y automovilistas.
Sumamos que puentes, túneles y distribuidores viales suelen ser puntos clave en la distribución vial: -"Yo bajo el tunel cambio a la derecha porque saldré de esta vía Vs yo bajo el túnel cambio a la izquierda porque ya me incorporé a la vía y quiero (pretendo) ir más rápido". Lo cual mantiene a ambos bandos en un flujo muy irregular y más cuando el túnel es parte de un 'trébol'. ¿Suficientes ingredientes en el caldero del terror bicicletero urbano? No, aún hay más ojos de sapo, como los de todos mirando pa' todos lados, mientras la presencia de un ciclista no sólo está circulando simultáneamente en múltiples puntos ciegos de varios automovilistas sino también de rodar 'corriendo' el riesgo de no atravezar el delicado tramo pero conciente y atento a la diversidad de peligros por prevenir o ante los cuales reaccionar de la mejor manera (el Ciclismo MTS surgió porque no hay gran margen para el ensayo y error en el ciclismo urbano).
...Colas de lagartija para pintarles la cuestión de la diferencia en las dimensiones, también burbujeantes en el caldero pues qué tan visible pretende ser un ciclista cuando es una realidad: el tamaño sí cuenta ¬¬ Yo si voy rodando cerca de un torton, aunque apenas empiezo a escuchar su cercanía, ya le priorizo antención y si hubiera por ahí un 'peatóing' distraido, seguramente no me percataría de él ni contemplaría predecir lo que posiblemente hiciera para arriesgarme. Si un ciclista está en un túnel como el descrito rodando como cuando sale por tortillas, es pretender que los autos entraran al túnel con las precauciones de no impactar con su parabrisas un mosquito (sin quitar mi dedo del renglón en la inocencia del automovilistas que no están obligados a adivinar nuestra presencia, incluso errática, y que los que nos corresponde hacer al circular por la vía pública nadie + con nada + puede proporcionarnos el resultado de 'auto-'... bici-cuidarnos).
Cerumen de zombie pa'que en el espacio dentro del túnel se altere la transmisión de los sonidos y sea confuso para todos ubicar tanto el origen de cada uno, como su distancia/velocidad de aproximación del emisor; aturdidor cuando automovilistas en un patético acto de magia (más barata que de caja de cereal) 'aporrean la bocina', con el paso de una motocicleta, el surround de algún junior o el bufar del embotellamiento, etc. Dejemos pues la pócima agarrando consistencia mientras rascamos las orillitas de las guarniciones o el fondo al centro del caldero: ¿Qué sería + seguro? ¿Rodar orillado lo + posible u ocupar el carril completo yendo por el centro? Le falta un toque para que apeste todito... ¿qué les parecen toneladas del metal de la oxidada 'cultura vial'? Mmmmm, riiiico! Vaya que uno se otorga un buen 'jalón' del más excelso smog ahí dentro... pero estábamos en: rodar pegadito como sensual invitación a ser rebasado por todo aquel afortunado de compartir nuestro camino (pues somos más que un auto menos; los indultamos) pues mientras compartimos el carril con los automovilistas mantenemos el riesgo de caer de la bicicleta por un imprevisto?? O, elegimos rodar por el centro: "Somos un vehículo más y como tal debemos comportarnos", un vehículo/un carril (regla favorita a ser pasada por el arco de motociclistas) a sabiendas que los coches en ese delicado tramo estarán buscando la menor y primer oportunidad para intercambiar carriles, como moscas persegidas.
¿Con qué afan esta humilde servilleta promotora del Ciclismo MTS comparte semejante entrada de blog confesando no aplicar su propio consejo? Escuchamos y leemos repetidamente que rodamos bajo nuestro propio riesgo, pero no es mi afán cerrar con eso. No me canso de arar con las siguientes palabras, eje central (y no 'Lázaro Cárdenas' sino) las del Ciclismo M.T.S.:
"Un accidente se produce en el encuentro de un Riesgo, con un Acto Inseguro"...
Por lo tanto la clave en el 'Proceso Permanente de Autoformación' como ciclistas urbanos practicando un Ciclismo MTS, es la búsqueda y no sólo interna de ACTOS SEGUROS que son y serán menester anteponer ante cada peligro, sino también de acciones y reacciones que sumadas, van disminuyendo el peligro.
Las luces en una bici son más efectivas cuando contemplamos la amlia gama de los puntos ciegos y la diversidad de los riesgos de cada uno de los presentes en la vía pública, compartimos varios peligros al circular por ella; razón por la cual se ha asentado en el Reglamento de Transito Metropolitano las prioridades de paso: Primero a Peatones y personas con discapaciadad y 2do a ciclistas, para continuar con los automotores; ojo, "La Prioridad de paso no nos concede automáticamente un Derecho de Paso", que no es lo mismo; transitando peatonalmente, mientras el semáforo no le indique el turno a 'mi paso' aunque tengo prioridad no puedo irrumpir el flujo vial cual si tuviera inmunidad diplomática. En el típico caso de ciclistas urbanos a esto se añade que no puedo desvergonzarme esperando ser protegida cuando aún estando ahí nadie me ve... ya reflexionando por este camino se llega a entender cómo es que el reglamento de tránsito no es un compendio de prohibiciones y multas, sino lo que nos protege al estar 'ordenados', de orden, no de mandato autoritario, pero esa es una hostoria narrada en otro cuento.
Semáforo metros antes del túnel. -Buenas tardes señor, va a entrar al túnel?... También yo. ¿Podría por favor protegerme? Lo que tiene que hacer es encender sus luces, incluídas las intermitentes, dismunir su velocidad y NO rebasarme hasta que hayamos salido del túnel... Gracias.
Una bici a medio día totalmente alerta al ámbar, con luz propia incluídas las del casco; una ciclista urbana vestida de colores claros adelantada hacia el paso peatonal suena un silbato con un largo sonido de autoridad mientras un brazo levantado señala entrar al túnel, girando sobre sí buscando contacto visual con los presentes. La pósima cambia a verde cuando el equilibrio ya está sobre los pedales esperando su señal y avanzo conforme verifico quién y en qué tenor se mueve, un arranque sin zigzagueo mas el efectivo aumento de la velocidad ipso facto con el que invito al taxista a despavilarce aún más para conservar cerca a esta Hada Gladiadora.
Una configuración de fortunas pone en el carril de la izquierda un tráiler que lejos de ser visto cual reflejo de un mostruo en el caldero, es asechado e involuntariamente aprovechado como escudo ante los que pretendieran fugarse desde Cumbres de Maltrata; estiro el pescuezo presta como un grillo a pegar el brinco y me sumerjo serena en el desnivel.
Ahora un copiloto de trailer se asoma curioso al espectáculo lo cual aparentemente tiene que ver con la prisa moderada del armatoste y su paso bien delineado por el segundo carril. Mi izquierda, alerta pero no en 'máxima' cuenta con la otra colaboración de la retaguardia; me preparo para un segundo largo silbatazo. Regulo en el descenso mi renovado impulso y de nuevo es pescuezo quien decide cuándo el pedalazo detona la fuga amparada por otro automovilista cuya mirada confirma cortesía y sensibilidad ante mi vida. Estoy en el instante más delicado, cuando la tensión aumenta y todo podría explotar, pues mientras mi izquierda y atrás ya están confiadas de su atención en préstamo, digamos que por la barredora improvisada, de una incorporación brotan raudos automotores desde la derecha y con mucha pila a medio tunel, demandando el nivel máximo de mis precauciones pues aún distamos de respetar todos el 1x1 y porque mi carrocerría son simples milímetros de piel; mis miedos van a raya pues me he procurado previamente por lo menos metro y medio a cada lado mas un seguidor momentáneamente sin prisa...
Un cambio de velocidades programado para 'no estar' me solicita potencia para volver a la superficie; me conservo ligeramente cargada al centro del carril pues ya tuve los suficientes ejemplos de la desconsiderada repavimentación por proporcionar un nivel constante en la carpeta asfaltica incluída la malandra alineación de coladeras.
Hago una fugaz colecta de concentración para salir del desnivel, previa a la tercer y últma llamada del show de quien no es un brujo chirriante, con la fuerza de la gravedad reclamandome la última reserva de oxígeno en mis muslos, haciéndolos pugnar ante el borde que espera con otra 'lateral' de incorporación. Para este punto los autos ya pasan por mi izquierda habiéndose perdido la primera parte del show por lo tanto, no es que sea grosera, no cuento con ellos para protegerme; llamémosle 'riesgo de estar en una espantosa equis', es decir, al centro de un tramo altamente potencial para intercambio de carriles.
Ya en el siguiente semáforo, tan cerca de este bicicletero mundo mejor, le regalo una linda sonrisa al taxista y le agradezco en voz muy alta: -Gracias por protegerme!!
...para que la rechifla del último tramo dejara de molest'ingar pues no estaban enterados de la momentánea causa de la ansiedad de pronto detenerse unos metros más adelante; polvo de Hada esparce sublime semilla de ser percibidos quienes nos movemos en bici. Entonces me cosquillea una que otra mirada curiosa en la estela de aquél ser humano al volante. Me permito unas calles de rodar relax y más bien cercana a la banqueta y ya sólo custodio mi izquerda según jaloncillos de oreja y medianamente el piso; le ordeno a mi adrenalina guardarse para esta entrada, tal como en el deseo de añejar un buen vino, se dispone el resguardo de una buena barrica.
Y colorín colorado, estas antenitas...
a seguir rodando = )
*Entrada complementaria: http://consejobicicletero.blogspot.com/2010/12/una-de-muchos-pantalones-en-veloz.html
**Post data: Soy un Hada Gladiadora del Asfalto sin que en sentido alguno eso signifique: 'Hágalo usted mismo'.
A manera de simulada justificación, quiero que ubiquen que rodar en la ciudad más grande del mundo tiene muchos retos, el primero, las distancias obviamente. Postergando la discusión del positivo transporte multimodal y evadiendo mi adicción a rodar y/o mi flojera por utilizar ya otros medios de transporte y luego de darle estas vueltas: el transladarme aprox. en un día entre 30 y 60km acumulados, asentado está mi primer parapeto para atreverme a decirles que circulé por un paso a desnivel vehicular, sí, ayer.
Medio día, luego de una tanda de ricas microondas, volver pero solita y por una vía no tan rápida, directa y ágil, me resultaba interesante por requerir pasar bajo el puente vehicular de Eje 6 Sur, bajo la Calzada de Tlalpan. Yo no se si la Calle Zacahuizco o Tlalpan direccion centro, hace brotar de los oscuros muros bajo el túnel, rugientes automotores; porque supongo que Cumbres de Maltrata no fue... La cosa es que a medio túnel, en mediana oscuridad, aparecen autos por la derecha.
Entre los consejos bicicleteros no hay alguno hablando de elegir puentes vehiculares ni pasos a desnivel, la razón central es el aumento en los puntos ciegos en los cuales rodaríamos. En un puente, cuando subimos, es difícil adivinar si alguna coladera con la boca abierta espera para propinarnos un mordisco; o al descender, además de que generalmente tienen a su inicio y término incorporaciones de entrada y/o salida. Por otro lado, en el descenso por culpa de las leyes de la física, la velocidad aumenta, cuestión peculiar señalada en los consejos bicicleteros mencionando la velocidad equiparable de automotor-ciclista colaborando en la disminución de riegos (razones del asunto fuera del objetivo de esta entrada)... velocidad ya de por sí previamente alterada porque un ciclista difícilmente es + eficiente en un ascenso que un automotor (a menos q sea mi campeón favorito de MTB). Resumido, un ciclista que utiliza un puente vehicular, en principio debe tomar en cuenta que su velocidad podría tener a cada metro mayor diferencia con la de los autos y, si se trata de eficiencia del frenado 'en seco', con el impulso otorgado en el tramo de descenso, un auto es + preciso a lado de un ciclista que ante eso agrega otro riesgo: perder el control de la bici por ejemplo.
Agreguemos entonces a la penumbra del escenario que un túnel es + propenso a acumular basura que inconcientes + viento y agua haya movido... añadimos cucharones extras de posible oscuridad, alterando en luminiscencia repentina, + rápida que la adaptación del ojo humano ante éstas, lo cual 'ciega' por instantes a ciclistas y automovilistas.
Sumamos que puentes, túneles y distribuidores viales suelen ser puntos clave en la distribución vial: -"Yo bajo el tunel cambio a la derecha porque saldré de esta vía Vs yo bajo el túnel cambio a la izquierda porque ya me incorporé a la vía y quiero (pretendo) ir más rápido". Lo cual mantiene a ambos bandos en un flujo muy irregular y más cuando el túnel es parte de un 'trébol'. ¿Suficientes ingredientes en el caldero del terror bicicletero urbano? No, aún hay más ojos de sapo, como los de todos mirando pa' todos lados, mientras la presencia de un ciclista no sólo está circulando simultáneamente en múltiples puntos ciegos de varios automovilistas sino también de rodar 'corriendo' el riesgo de no atravezar el delicado tramo pero conciente y atento a la diversidad de peligros por prevenir o ante los cuales reaccionar de la mejor manera (el Ciclismo MTS surgió porque no hay gran margen para el ensayo y error en el ciclismo urbano).
...Colas de lagartija para pintarles la cuestión de la diferencia en las dimensiones, también burbujeantes en el caldero pues qué tan visible pretende ser un ciclista cuando es una realidad: el tamaño sí cuenta ¬¬ Yo si voy rodando cerca de un torton, aunque apenas empiezo a escuchar su cercanía, ya le priorizo antención y si hubiera por ahí un 'peatóing' distraido, seguramente no me percataría de él ni contemplaría predecir lo que posiblemente hiciera para arriesgarme. Si un ciclista está en un túnel como el descrito rodando como cuando sale por tortillas, es pretender que los autos entraran al túnel con las precauciones de no impactar con su parabrisas un mosquito (sin quitar mi dedo del renglón en la inocencia del automovilistas que no están obligados a adivinar nuestra presencia, incluso errática, y que los que nos corresponde hacer al circular por la vía pública nadie + con nada + puede proporcionarnos el resultado de 'auto-'... bici-cuidarnos).
Cerumen de zombie pa'que en el espacio dentro del túnel se altere la transmisión de los sonidos y sea confuso para todos ubicar tanto el origen de cada uno, como su distancia/velocidad de aproximación del emisor; aturdidor cuando automovilistas en un patético acto de magia (más barata que de caja de cereal) 'aporrean la bocina', con el paso de una motocicleta, el surround de algún junior o el bufar del embotellamiento, etc. Dejemos pues la pócima agarrando consistencia mientras rascamos las orillitas de las guarniciones o el fondo al centro del caldero: ¿Qué sería + seguro? ¿Rodar orillado lo + posible u ocupar el carril completo yendo por el centro? Le falta un toque para que apeste todito... ¿qué les parecen toneladas del metal de la oxidada 'cultura vial'? Mmmmm, riiiico! Vaya que uno se otorga un buen 'jalón' del más excelso smog ahí dentro... pero estábamos en: rodar pegadito como sensual invitación a ser rebasado por todo aquel afortunado de compartir nuestro camino (pues somos más que un auto menos; los indultamos) pues mientras compartimos el carril con los automovilistas mantenemos el riesgo de caer de la bicicleta por un imprevisto?? O, elegimos rodar por el centro: "Somos un vehículo más y como tal debemos comportarnos", un vehículo/un carril (regla favorita a ser pasada por el arco de motociclistas) a sabiendas que los coches en ese delicado tramo estarán buscando la menor y primer oportunidad para intercambiar carriles, como moscas persegidas.
¿Con qué afan esta humilde servilleta promotora del Ciclismo MTS comparte semejante entrada de blog confesando no aplicar su propio consejo? Escuchamos y leemos repetidamente que rodamos bajo nuestro propio riesgo, pero no es mi afán cerrar con eso. No me canso de arar con las siguientes palabras, eje central (y no 'Lázaro Cárdenas' sino) las del Ciclismo M.T.S.:
"Un accidente se produce en el encuentro de un Riesgo, con un Acto Inseguro"...
Por lo tanto la clave en el 'Proceso Permanente de Autoformación' como ciclistas urbanos practicando un Ciclismo MTS, es la búsqueda y no sólo interna de ACTOS SEGUROS que son y serán menester anteponer ante cada peligro, sino también de acciones y reacciones que sumadas, van disminuyendo el peligro.
Las luces en una bici son más efectivas cuando contemplamos la amlia gama de los puntos ciegos y la diversidad de los riesgos de cada uno de los presentes en la vía pública, compartimos varios peligros al circular por ella; razón por la cual se ha asentado en el Reglamento de Transito Metropolitano las prioridades de paso: Primero a Peatones y personas con discapaciadad y 2do a ciclistas, para continuar con los automotores; ojo, "La Prioridad de paso no nos concede automáticamente un Derecho de Paso", que no es lo mismo; transitando peatonalmente, mientras el semáforo no le indique el turno a 'mi paso' aunque tengo prioridad no puedo irrumpir el flujo vial cual si tuviera inmunidad diplomática. En el típico caso de ciclistas urbanos a esto se añade que no puedo desvergonzarme esperando ser protegida cuando aún estando ahí nadie me ve... ya reflexionando por este camino se llega a entender cómo es que el reglamento de tránsito no es un compendio de prohibiciones y multas, sino lo que nos protege al estar 'ordenados', de orden, no de mandato autoritario, pero esa es una hostoria narrada en otro cuento.
Semáforo metros antes del túnel. -Buenas tardes señor, va a entrar al túnel?... También yo. ¿Podría por favor protegerme? Lo que tiene que hacer es encender sus luces, incluídas las intermitentes, dismunir su velocidad y NO rebasarme hasta que hayamos salido del túnel... Gracias.
Una bici a medio día totalmente alerta al ámbar, con luz propia incluídas las del casco; una ciclista urbana vestida de colores claros adelantada hacia el paso peatonal suena un silbato con un largo sonido de autoridad mientras un brazo levantado señala entrar al túnel, girando sobre sí buscando contacto visual con los presentes. La pósima cambia a verde cuando el equilibrio ya está sobre los pedales esperando su señal y avanzo conforme verifico quién y en qué tenor se mueve, un arranque sin zigzagueo mas el efectivo aumento de la velocidad ipso facto con el que invito al taxista a despavilarce aún más para conservar cerca a esta Hada Gladiadora.
Una configuración de fortunas pone en el carril de la izquierda un tráiler que lejos de ser visto cual reflejo de un mostruo en el caldero, es asechado e involuntariamente aprovechado como escudo ante los que pretendieran fugarse desde Cumbres de Maltrata; estiro el pescuezo presta como un grillo a pegar el brinco y me sumerjo serena en el desnivel.
Ahora un copiloto de trailer se asoma curioso al espectáculo lo cual aparentemente tiene que ver con la prisa moderada del armatoste y su paso bien delineado por el segundo carril. Mi izquierda, alerta pero no en 'máxima' cuenta con la otra colaboración de la retaguardia; me preparo para un segundo largo silbatazo. Regulo en el descenso mi renovado impulso y de nuevo es pescuezo quien decide cuándo el pedalazo detona la fuga amparada por otro automovilista cuya mirada confirma cortesía y sensibilidad ante mi vida. Estoy en el instante más delicado, cuando la tensión aumenta y todo podría explotar, pues mientras mi izquierda y atrás ya están confiadas de su atención en préstamo, digamos que por la barredora improvisada, de una incorporación brotan raudos automotores desde la derecha y con mucha pila a medio tunel, demandando el nivel máximo de mis precauciones pues aún distamos de respetar todos el 1x1 y porque mi carrocerría son simples milímetros de piel; mis miedos van a raya pues me he procurado previamente por lo menos metro y medio a cada lado mas un seguidor momentáneamente sin prisa...
Un cambio de velocidades programado para 'no estar' me solicita potencia para volver a la superficie; me conservo ligeramente cargada al centro del carril pues ya tuve los suficientes ejemplos de la desconsiderada repavimentación por proporcionar un nivel constante en la carpeta asfaltica incluída la malandra alineación de coladeras.
Hago una fugaz colecta de concentración para salir del desnivel, previa a la tercer y últma llamada del show de quien no es un brujo chirriante, con la fuerza de la gravedad reclamandome la última reserva de oxígeno en mis muslos, haciéndolos pugnar ante el borde que espera con otra 'lateral' de incorporación. Para este punto los autos ya pasan por mi izquierda habiéndose perdido la primera parte del show por lo tanto, no es que sea grosera, no cuento con ellos para protegerme; llamémosle 'riesgo de estar en una espantosa equis', es decir, al centro de un tramo altamente potencial para intercambio de carriles.
Ya en el siguiente semáforo, tan cerca de este bicicletero mundo mejor, le regalo una linda sonrisa al taxista y le agradezco en voz muy alta: -Gracias por protegerme!!
...para que la rechifla del último tramo dejara de molest'ingar pues no estaban enterados de la momentánea causa de la ansiedad de pronto detenerse unos metros más adelante; polvo de Hada esparce sublime semilla de ser percibidos quienes nos movemos en bici. Entonces me cosquillea una que otra mirada curiosa en la estela de aquél ser humano al volante. Me permito unas calles de rodar relax y más bien cercana a la banqueta y ya sólo custodio mi izquerda según jaloncillos de oreja y medianamente el piso; le ordeno a mi adrenalina guardarse para esta entrada, tal como en el deseo de añejar un buen vino, se dispone el resguardo de una buena barrica.
Y colorín colorado, estas antenitas...
a seguir rodando = )
*Entrada complementaria: http://consejobicicletero.blogspot.com/2010/12/una-de-muchos-pantalones-en-veloz.html
**Post data: Soy un Hada Gladiadora del Asfalto sin que en sentido alguno eso signifique: 'Hágalo usted mismo'.
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