Los más vulnerables del asfalto
Casco y reflectantes, imprescindibles
La convivencia entre bicicleta y automóvil es, a menudo, tensa. Los bocinazos o el cruce de palabras son estampas frecuentes. Pero la bicicleta es un vehículo más sobre la carretera y merece todo el respeto del resto de usuarios de las vías. Así lo estipulan las normas de circulación, que rigen el comportamiento sobre el asfalto.
La normativa que regula a los ciclistas se recoge en el Reglamento General de Circulación (R.D. 1428/2003). Según este texto, las bicicletas pueden usarse en cualquier tipo de vía, a excepción de las autopistas. La edad mínima para salir en ruta con ella son los 14 años y, en todo momento, la bicicleta debe circular por el arcén salvo que la señalización indique lo contrario y dé a los ciclistas un itinerario alternativo.
En cuanto a la seguridad e indumentaria, tanto conductores como ocupantes están obligados a utilizar siempre casco. Sólo se exime de llevarlo en caso de que el trazado incluya rampas prolongadas, cuando el calor sea extremo o si el ciclista tiene una recomendación médica que desaconseje su uso por enfermedad o heridas. Además, hay que usar reflectantes en vías interurbanas siempre que sea de noche o se atraviesen túneles, tal como obliga la ley, e intentar vestir maillots o ropas de colores llamativos. El atuendo debe permitir ser distinguido por otros conductores y usuarios a una distancia de, al menos, 150 metros.
El conductor debe saber que:
- La bicicleta es muy vulnerable y los accidentes pueden llegar a ser letales.
- Es un vehículo más que merece el mismo respeto que coches, autobuses o camiones.
- La circulación de ciclistas en paralelo es una práctica legal. Por eso, no hay que pitarles, ya que circulan sin infringir ninguna norma.
- Hay que ser paciente y esperar la oportunidad para realizar un adelantamiento, siempre hay que dejar 1,5 metros de separación lateral. No se debe abusar del claxon; su uso debería ser sólo para situaciones de emergencia. El "bocinazo" puede asustar y desequilibrar al ciclista.
- Por naturaleza, la bicicleta es un vehículo más ágil y rápido que cualquiera a motor. El conductor debe prestar especial atención a las maniobras de los ciclistas, tanto si estos van por delante como si lo hacen por detrás del coche.
- Se debe mantener la distancia de seguridad si un ciclista precede al vehículo. La capacidad de la bicicleta para frenar es mayor que la de un vehículo, y podría detenerse más rápido de lo esperado.
- Los ciclistas pueden tener prioridad de paso con respecto a los coches y otros vehículos. Cuando se llegue a un cruce, rotonda o semáforo en el que un ciclista tenga preferencia, hay que cederle el paso.
Adelantamientos: la manzana de la discordia
En demasiadas ocasiones, la falta de conocimiento sobre las normas generales de circulación o su olvido, unido a las pocas ganas de variar los hábitos de conducción, son los culpables de poner en peligro la integridad física de quienes viajan en bicicleta. Como punto de partida, los conductores de vehículos deben saber que, según la legislación vigente, está permitido adelantar sólo cuando la maniobra se pueda realizar en condiciones de seguridad y con una distancia mínima lateral de, al menos, metro y medio entre el vehículo y la bicicleta. De la misma manera, queda prohibido adelantar si la acción pone en peligro o entorpece a los ciclistas que circulen en sentido contrario al del vehículo. A pesar de mantener la distancia legal, si se adelanta a gran velocidad a un ciclista, las turbulencias generadas por el aire pueden desequilibrar la bicicleta y tirarle a la vía. Conviene reducir la velocidad antes de iniciar la maniobra de adelantamiento.
Los conductores tampoco deben olvidar que, si se circula por una vía con ciclistas en cualquiera de los sentidos y se desea girar hacia la derecha o hacia la izquierda, las bicicletas tienen prioridad. Lo mismo sucede cuando el primer ciclista de un grupo entra en un cruce o en una rotonda. En este caso, el conductor debe ceder el paso al grupo completo.
- Como usuario de una vía, debe respetar las normas de circulación. Si el resto de vehículos tienen obligaciones o prioridades, el ciclista también tiene que seguirlas: semáforos, STOP, ceda el paso...
- Sea profesional, aficionado o principiante, el único elemento de seguridad con el que cuenta el ciclista es el casco. En caso de colisión, se encarga de absorber la fuerza del impacto, por eso no hay que olvidarlo bajo ningún pretexto.
- Está permitido circular en fila de uno o dos, como máximo. En ambos casos, el grupo debe funcionar como un solo vehículo y circular lo más cerca del lado derecho de la vía.
- Si el grupo se coloca en fila india y es necesario dar relevos, hay que hacerlo cuando no se acerque ningún vehículo.
- Es fundamental ver y ser visto por el resto de conductores. Siempre que se pueda, hay que usar ropa con colores o motivos llamativos.
- Si es de noche, si se cruza un túnel o si las condiciones climatológicas oscurecen el día (tormenta, niebla o granizo), es imprescindible usar material reflectante. Chalecos, brazaletes o piezas de estas características colocadas en ruedas y pedales son algunos de los recursos que se deben emplear para ser distinguido a una distancia mínima de 150 metros.
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