Una de muchos pantalones en veloz descenso sobre puente vehicular...

Erase que se era mi burro sin primavera, un frio de la super chin y la clásica prisa chilanga una tarde de este diciembre. Luego de varias diligencias por el sur y oriente de la Ciudad de México, mi bicicleta me transportaba feliz y segura sobre Av. Rojo Gómez de la Delegación Iztapalapa hacia el municipio de Nezahualcóyotl; estábamos ante el puente vehicular sobre Calz. Ignacio Zaragoza cuando, sin imaginarlo siquiera, habríamos de hacer, como nunca antes, un super equipazo para evitar un grave accidente.
Subir el punte me fue particularmente fácil y placentero gracias a San Andrés Tlalnelhuayocan, Ver., al grado de llevar una buena velocidad y asegurarme que un automovilista tolerara que tomara el carril completo ya sin intento de rebasarme. Conservé, gracias a su amabilidad, mucho del impulso en la subida y ya en la cúspide retomé una buena velocidad, cuando ví tirados a la derecha unos pantalones de mezclilla contrastando con el asfalto al iniciar el tramo de descenso, hasta me di el lujo de cargarme ligeramente del centro a la izquierda para no pasarles por encima; no me pregunten si hubiera sido mejor pasar de lleno, pero según mi experiencia, la basura en el camino suele esconder sorpresas que pueden resultar en descontrol de la bici.... (Toing!)

La cosa es que instantes después un repentino cambio en el sonido de mi rodar me alertó e intuí que se amarraba una llanta, mi cuerpo automáticamente evitó tensarce ante el zigzagueo que inició una fracción de segundo después; ya era buena señal no haber salido de bruces, significaba que el problema estaba en la llanta trasera y así, tambaleante, sólo dejé que el impulso se desgastara mientras intentaba no caer ni de frente ni de ninguna otra manera, o mejor dicho, deseando no salirme del carril (a la derecha contra o fuera del puente o por izquierda al arroyo, ninguna era opción).

Cuando me sentí segura de ello, frené muy suavemente pues no me hubiera gustado perder el parcial control de la bici que estaba recuperando
o ciertos pantalonzotes terminaron el trabajo de un alto total, no sé. Un auto golpeándome desde atrás me preocupaba también pero confiaba (encomendada a todos los santos) en la imagen registrada anteriormente en mi cabeza, la nobleza del señor automovilista, un caballero que además había puesto sus intermitentes. ¡Oh sorprendente combinación del destino! Decidí no frenar en seco, pues tenía presente que el conductor estaba actuando de la mejor manera posible ante mi bicicletero ser humano y que continuaría haciéndolo en congruencia ante tan delicada situación... Le doy el 50% del crédito sobre conservar mi pellejo, Gracas mil héroe desconocido, Gracias mil por SER Humano aún yendo envuelto en tus toneladas de metal y su poderoso motor. El hombre hizo alto total casi al unísono conmigo, de lo contrario corríamos el riesgo de rebases donde yo podría quedar momenténea, total o parcialmente en puntos ciegos.

Nunca había sentido, durante una rodada, tan agradable sensación de volver a poner pie en tierra; me giré espasmódicamente para ver a mi alrededor y descubrir el auto protegiendo a uno o dos metros de mi burro y yo; el caballero hacía señas con la mano de: "Tranquila, no te preocupes..." Solté un raro grito de aagh! Pues no lograba sentir mi aliento fluir y llevé mis manos al pecho buscando sentir movimiento en mi tórax. Aproveché la gentileza para traer de vuelta a mi cuerpo sacudiendo mis extremidades y atornillé mi cabeza que resorteaba desde que puse pie en tierra, luego jalé mi burro a la pseudo banqueta o gorda guarnición donde ya recuperada comencé la pelea para desenredar los pantalones de la llanta trasera y el sprock.

Hice señas de que tenía que asegurarme primero de sentir las piernas otra vez, además de revisar la bici y expresarle mi infinita gratitud al conductor, que yo estaría bien, que siguiera su camino y ahí, a medio puente me tomé unos minutos para alistarme lidiando nuevamente con clásicos automovilistas, un@s menos precavidos que otros.

Ya al cierre de ese día, en mi casa, me dediqué un rato a revisar, al igual que en otros, el connato de accidente y pude notar varias cuestiones por las que el otro 50% del crédito en salvar el pellejo, se lo doy al equipazo que en ese momento hicimos mi bicicleta y yo.

-Conservamos la calma.

-El Manejo a la Ofensiva nos ubicó físicamente en la condición MÁS segura durante el connato de accidente, ya que tenía tomado TODO el carril. Si fuera pegada a la derecha, el zigzagueo potenciaría recibir un golpe desde la izquierda, ya que rodando así somos una tentación permanente de ser rebasados en las calles (ojo porque en cada modalidad ciclista hay reglas de seguridad particulares; sería distinto en Ruta); ir pegada a la derecha y zigzagueando aumentaba también el riesgo de golpear con llanta o pedal la banqueta y por lo tanto, perder completamente el control de la bici, cayendo sobre la orilla del puente en el mejor de los casos.
A parte, rodar en el centro del carril mantuvo ubicado al conductor en tal punto que conservó la perfecta distancia y contó con el tiempo suficiente para reaccionar de la mejor manera; rodaba Bici-Vilizada.

-La agilidad desarrollada de mirar atrás, me había dado la oportunidad de comunicarme previamente con los conductores hasta que uno accedió a protegerme, una Acción Segura. Las Acciones o Actos Inseguros + el Riesgo se combinan en = 1 accidente.

-Una fatalidad pudo resultar no durante lo que les relato, sino después, es decir, darme el tiempo justo para retomar mi rodar es una inversión que previene un accidente por tomar mal la primer situación, donde salir tropezadamente de ella,
nerviosa y distraída, me arriesga a 'otro' accidente por rodar sin la calidad de la atención necesaria, la cual propiciaría una y es indispensable para dominar una situación de riesgo.

-No soy ciclista de montaña, DH, Trial, ruta, etc., pero todo lo que me he dado el chance de probar y aprender de esas modalidades, es la experiencia que me permitió controlar la bicicleta en semejante lío. Hay que especializarce en lo propio, pero también hay que probar y conocer un poco de lo demás sin autolimitarse creyendo que hay un tope al desarrollo de la agilidad con y el conocimiento de tu bicicleta; puede ser un tiempo muy bien invertido.

-El Derecho de Vía / Derecho de Vida, tal como alegaba hace no mucho, se gana. No es sencillo conservar el carril completo si no se ha aumentado un poco la resistencia física y la velocidad, entre otras habilidades no menos importantes. De paso les cuento el chisme que tengo en mis rutas cotidianas ubicados varios tramos donde sigo considerando riesgoso tomar el carril completo y ruedo por la derecha combinándolo con otras estrategias que pueden consultar en los Consejos Bicicleteros.

-Las condiciones mecánicas, óptimas, para rodar en cualquier modalidad, son ineherentes a la seguridad;
digo, los componentes de mi bici no son de alta calidad, más bien son de lata calidad y mi bici de hojalata jajajá, pero eso sí, ya hago un esfuerzo por ser permanentemente atenta a su mantenimiento. En ese momento haber agregardo fallas mecánicas con qué lidiar habría aumentado los riesgos en la combinación de dificultades a enfrentar.


Una de las habildades más menesterosas para el ciclista urbano, es según creo, el temple que se debe tener para controlar la presión psicológica de situaciones y personas agresivas, ya que, un titubeo puede crear los centímetros que hagan la diferencia entre un golpe, una caida, un accidente
y librarlos.

¿Quien se atreve a decir que el ciclista urbano no está en permanente entrenamiento?
(o por lo menos debería :S )


Felices y Seguras Rodadas!
AnaA

4 comentarios:

  1. Excelente cronica...de verdad que el ciclismo urbano es otra modalidad del ciclismo tan importante o mas que las competitivas...a entrenar diario y duro por las calles!!! saludos Ana!

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  2. Gracias Anónimo!
    Os deseo un año de Felices y Seguras Rodadas!
    Un bicicletero, y con curiosidad, abrazo... =)
    AnaA

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  3. Anita: qué talento para la crónica, ¿fuiste discípula del Monchi? Me pareció “ver” toda la peli. Recibe un abrazo solidario.

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  4. Buen día Octaviusmex!

    Tengo la bendición, desde mi perspectiva de vida, de tener teflón en la memoria, así que si llegué a saberlo, no tengo idea quién sea Monchi, aunq al escribirlo me pareció chistosa palabreja: "monchivaishs", pueque'...

    Tengo la bendición de que me gusta cómo se me tejen a veces las palabras.
    Tengo la bendición de ser cletera de corazón, cabeza y manos,
    tengo la bendicón de que eso me ha dado much@s nuev@s amig@s, y hoy, además, la bendición de tener vida para seguir cultivando amistades como la tuya. (Gracias mil)

    Listo?? Porque ahí te va otro abrazo =)
    Felices y Seguras Rodadas.
    AnaA

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Gracias por tus comentarios!!