Mi mejor amigo Fofo y su bici….

Perdonaran ustedes el medio utilizado, he recibido una carta de mi mejor amiga, sobre mi uso y abuso del mundo bicicletero...y la verdad, la quiero compartir con ustedes, es esta:

Se que esta frase de “mi mejor amigo” la dejamos de usar cuando salimos de la escuela y es que en ese entonces si podíamos darnos el lujo de tener “amigos” y “mejores amigos” ya después en el acelerado trajinar de la vida, con trabajos podemos mencionar a los amigos.

Tuve la suerte de conocer a Fofo en la secundaria, difícil época para las niñas flaquitas sin mucha personalidad y con mucha timidez como yo quienes no tienen mucha posibilidad de amistad en aquel competitivo ambiente de chicas ya desarrolladas y otras muy sociales. Fofo era (como sigue siendo ahora) un tipo muy sociable, desde entonces a mi me parecía regordete aunque ahora después de mas de 25 años me muestra sus fotos para rebatir aquella apreciación mía, claro sobretodo porque ahora es mas bien todo un gordito, pero en fin a mas de ser regordete y sociable era un buen amigo, que se acerco a mi y a mi familia, desde entonces hemos seguido juntos algunos años de esta vida, algunos otros cada quien tomo su rumbo, sus amores, sus parejas, sus hijos y todo lo que puede pasar en las vidas de uno.

Pero finalmente hace algunos años nos volvimos a encontrar y en una época navideña sacamos dos bicis de esas irresistibles promociones a meses sin intereses, claro que tuvimos que soportar las burlas de algunos familiares de ambos por nuestra infantil decisión, sin embargo los fines de semana se transformaron desde entonces en aventuras y deliciosos días de largas rodadas sin previa planeación; entonces los domingos empezaron a representar una fresca y/o soleada andanza por caminos verdes de los restos de un paisaje que cambia día a día, aquí en el norte como lo canta Delgadillo en su canción.

Claro que después de unos años de esto, un marido anexado a nuestra pequeña pandilla y algo mas de rutas ya vividas, un buen día Fofo se metió de lleno en el mundo de la bici, luego empezó a rodar mas y mas a distancias que yo ya no pude, a integrarse a grupos (o peregrinaciones como yo digo en burla) y en eventos convocados vía Internet y toda clase de cosas del nuevo mundo tecnológico-ecológico-bicicletero.

Es ahí donde quede desactualizada, ahora él viaja con los grupos de ciclistas muchos kilómetros, recorren sierras, montañas, carreteras y toda clase de paisajes durante horas, cuando yo únicamente sigo en los paseitos domingueros por las pequeñas rutas del rumbo norte, deteniéndome a buena hora para las fabulosas quesadillas de cualquier marchanta y regresando a casa a las pocas horas que me da mi muy mala condición deportiva.

Si extraño su compañía, sin embargo se que los dos seguimos con nuestras bicis, ahora por diferentes caminos y yo menos frecuente que antes, pero seguimos siendo amigos aunque ya no pasemos esas horas bicicleteras conversando de nuestras vidas durante la semana, tratamos de darnos tiempo y ahora seguimos siendo ciclistas de diferente ritmo.

Me encanta la idea de cómo las bicicletas cambiaron nuestras vidas y como te llevan a una vida mas sana, mas completa, a sentirte vivo y transformar tu perspectiva de la rutinaria apatía que te genera la vida laboral. La mayoría de la gente sabe que Fofo es mi hermano, fue la mejor solución a tantas preguntas entre una amistad de más de 25 años, entre un hombre y una mujer, que comparten vidas, amigos tristezas, alegrías y rutas bicicleteras.

Mignor

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